Ese falo etéreo que siento entre mis piernas mientras te pienso.
Esa leve sonrisa de satisfacción que te asoma entre labio y labio.
Cada una de las dulces envestidas al ritmo de la música del agua.
Cada soplo y cada gemido que en mi nuca siento.
Y que todo sea ireal, material de mi mente guiada
por una leve tormenta y el repicar de la lluvia en la ventana abierta.
Todo fue un sueño en medio de una tormenta de verano.